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5 errores que cometí al intentar controlar mi piel grasa

     Desde muy joven, he detestado mi piel grasa. Con ella, vino el acné a los 15, rosácea a los 17, acné (de nuevo) a los 21 y la nunca acabar fuente de aceites naturales que jamás parecía extinguirse. La verdad es que la detestaba tanto, que la cubría constantemente con limpiadores agresivos, matificantes de todo tipo y maquillaje de alta cobertura; y, sin embargo, a la mitad del día siempre veía la superficie de mi piel glaseada. Increíble.

     Quizás estoy siendo un poco dramática, pero de verdad me causaba mucha frustración.

     Al pasar el tiempo, me di cuenta que yo era la del problema. Y cuando digo “me di cuenta”, fue porque en mi último brote de acné mi dermatóloga me lo dijo. Todos esos productos que estaba aplicando me estaban causando más daño que mejora. Por tanto, a partir de la aceptación, decidí dedicarme a aprender trucos que optimizaran mi piel sin sacrificar la salud de la misma. Esto fue lo que aprendí:

Estaba obsesionada con lavarme el rostro

 Sin duda alguna, sentía que mis problemas cutáneos se iban a desvanecer por el lavamanos. Mientras más lavaba mi cara, más limpia y sana me sentía (al menos hasta que volviera a sentir el aceite en mi piel).  Sin embargo, lavar excesivamente mi cara sólo hacía que mi piel trabajara el doble en reponer sus aceites naturales, exacerbando su producción y en muchos casos irritando, inflamando y propiciando brotes de acné. Andria Viloria, propietaria de Cuidarte Es Amarte, recomienda lavar el rostro máximo 3 veces al día, ya que de otra forma, puede ser contraproducente. 

Utilizaba productos inadecuados

     A parte de que vivía encadenada al lavamanos, sentía que iba a erradicar mi grasa y acné a punta de productos mágicos que resultaron ser muy agresivos. Estos productos, como me explicó Andria, “sólo conllevan al adelgazamiento de la capa superficial de la piel, dejándola al desnudo ante cualquier radical libre y a la falta de hidratación”.  Pero, ¿qué consecuencia tiene esto? La piel intenta balancear la pérdida de grasa superficial produciendo (obviamente) más grasa, pero también está más propensa a tener manchas porque no está protegida de agentes como el sol y, posteriormente, tendrás una piel extremadamente seca que resulta en envejecimiento precoz. Hell, no.

     Esto no significa que todos los productos para el acné o la piel grasa son malos, pero aléjate de los que contienen una dosis alta de alcohol e intenta consultar con un dermatólogo lo que funcionaría mejor para ti.

No me preocupaba por hidratar mi piel

¿Hidratante? ¡Para qué! Si ya produzco suficiente aceite, ¿voy a utilizar más?

 Suena como un argumento convincente, pero si has estado prestando atención, sabes que no puede estar más lejos de la realidad. Voy a sonar como un disco rayado, pero hidratar la piel es crítico para mantener la armonía de la piel y controlar las glándulas sebáceas de perder la cordura y sobresaturar nuestro rostro de grasa. 

    La verdad es que debo admitir que me costó un mundo implementar un hidratante en mi rutina diaria; pero todo se centra en encontrar el adecuado para ti. Analiza lo que te gusta o disgusta de un producto y utilízalo para encontrar el correcto. En mi caso, me di cuenta que lo que más me molestaba eran los acabados cremosos, así que probé los hidratantes en gel y resultaron ser mi salvación. Actualmente utilizo el Clinique Dramatically Different Moisturizing Gel y me encanta.

Me preocupaba en exceso

     Admito que esta sí es un poco difícil de mejorar, pero una vida caracterizada por una descomunal cantidad de estrés, incrementa la producción de aceite. El estrés causa que las glándulas suprarrenales produzcan un exceso de cortisol que, a su vez, hace que las glándulas sebáceas generen más grasa. En español: cada vez que te miras al espejo y te estreses por tu acné o por presentar brillantez, estás produciendo más aceite. 

     Es como Inception, pero para piel grasa. 

     Estoy clara de que tener una tez brillante no es la única preocupación en la vida de una mujer y que es imposible evitar las preocupaciones en todo momento, pero es importante recordar que debemos tomar un tiempo para relajarnos y disfrutar de una actividad que nos brinde calma y placer.

Buscaba cambiarme, no mejorarme

Sin titubeo, mi error principal. 

     Tenía la concepción errada de que cometiendo todos estos errores (y más), iba a encontrar un producto o un procedimiento que cambiara genéticamente la manera en la que está codificada mi piel, cosa que jamás iba a suceder.  Ésta siempre va a producir aceite porque es un proceso natural para ella; y, desde el momento que lo acepté, me di cuenta que sólo tenía que buscar un régimen apropiado que me permitiera disfrutar lo que no podía cambiar, pero si mejorar. 

     Al final, todo es sobre la aceptación. Love your skin!

Vanessa Marín Marrero

Vanessa Marín Marrero

Ingeniero Civil, Fashion Stylist, Content Creator y Fundadora de VanessaMarinMarrero.com

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