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Power Dressing: ¿Habrá poder en el traje?

    Como buena amante de la moda, analizo a profundidad las tendencias y sus orígenes en cada pasarela (o la mayoría al menos) de la semana de la moda. Desde hace unos años, la presencia del traje como silueta bandera ha despertado la curiosidad en muchas de explorar el tan trendy power dressing; término acuñado en el entorno empresarial y político de los años setenta y ochenta. Pero, ¿es realmente el traje un símbolo de poder?

 

    El power dressing, se refiere al código de “vestimenta profesional” dirigida hacia las trabajadoras que ingresaban en un ambiente típicamente dominado por el género masculino. Este código, le concedería a la mujer un “uniforme” que ayudaría a adquirir autoridad, respeto y poder en el trabajo.

 

    Los orígenes de este término remontan a 1920, cuando la revolucionaria Coco Chanel diseña y crea el primer traje para la mujer. Este traje, constituido por una falda ajustada y una chaqueta de lana, representó un punto de inflexión en la manera en la que las mujeres vestían. Este conjunto incluía elementos tradicionalmente masculinos que facilitaba no solo la movilidad necesaria para que las mujeres pudieran ajustarse satisfactoriamente a sus a estilos de vida independientes y activos; sino la autoridad para ser aceptadas como iguales en la esfera profesional.

 

    Casi 100 años después de ese acontecimiento, llegamos al día de hoy. Las mujeres aún luchamos por reconocimiento e igualdad en el trabajo. Se nos aconseja vernos bien, pero no demasiado bien. Usa maquillaje, pero no exageres. Si quieres llegar a la cima de la escalera corporativa, debes vestir adecuadamente: poseyendo un guardarropa que afirme que somos mujeres con ideas y opiniones significativas que importan, que merecen atención y aprecio. El tan nombrado power dressing.

 

    Incluso con todos esos años de diferencia, muchos siguen tomando la silueta masculina como un símbolo de autoridad; lo que sugiere que seguimos operando en un mundo dominado por los hombres. Cuando en realidad, los trajes son los uniformes de los negocios, venga de quien venga.

 

    Las mujeres estamos menos dispuestas a dejar que nuestra competencia laboral radique en cómo vestimos; sino en nuestro desempeño y nuestra capacidad para navegar en la complejidad de nuestros retos profesionales. Una mujer que usa traje sabe que es una declaración de moda, pero es irrelevante al lado del impacto que generan sus habilidades en los negocios.

 

    Me gustaría ver que los diseñadores actuales estén preocupados en crear un nuevo paradigma de vestimenta que rinda tributo al nuevo sentido de empoderamiento y autenticidad en las mujeres; en vez de reforzar nuestra necesidad de hacer referencias masculinas para denotar autoridad y poder.

 

Vanessa Marín Marrero

Vanessa Marín Marrero

Ingeniero Civil, Fashion Stylist, Content Creator y Fundadora de VanessaMarinMarrero.com

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